
Cuando no es alertada por usuarios anónimos, rastrea las redes en busca de mensajes («me voy a matar») o de imágenes que expresen deseos oscuros. Tras encontrarlos, se intenta poner en contacto con ellos y tranquilizarlos. Y, cuando el perfil es privado, busca otros atajos: «Pregunto entre sus amigos virtuales. Así consigo acceder a ellos».
En España, una media de 10 personas se quitan la vida cada día. Más concretamente, 3.539 suicidios (en 2018), según Jiménez: «No entiendo por qué esas vidas no importan a nadie. Dependen de voluntarios o gente anónima, como la joven noruega, pero debería ser un problema estatal».