EL SUICIDIO, ¿ES UN “BORRÓN” EN LA VIDA? Alejandro Rocamora. Octubre 2023

EL SUICIDIO, ¿ES UN “BORRÓN” EN LA VIDA? octubre 2023 Alejandro Rocamora

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EL SUICIDIO, ¿ES UN “BORRÓN” EN LA VIDA?

Alejandro Rocamora Bonilla

Colaborador de RedAIPIS

       En los largos años que he estado atendiendo a personas que han perdido un ser querido por suicidio, dos cosas he aprendido: una, no podemos reducir la vida de la persona que se ha suicidado al acto suicida, y dos, tampoco podemos gastar toda nuestra energía en descubrir el porqué de su suicidio. Suelo decir que la pregunta del ¿por qué se ha suicidado mi familiar?, metafísicamente no puede tener respuesta. Es una cuestión pertinente, quizás al inicio del duelo, pero después se vuelve contra el propio superviviente al torturarse por no encontrar la respuesta. La realidad es que no se da con la respuesta, no por su incapacidad, sino porque no existe respuesta. Mejor dicho: a lo mejor existen muchas respuestas que se complementan. Y esto se explica por la complejidad de la propia conducta suicida. La gran pregunta en esta situación de duelo es: ¿qué puedo hacer a partir de este momento? ¿qué me pide la vida? Respuesta difícil de encontrar que generalmente necesita un largo período de elaboración del duelo.

            La otra gran lección que he aprendido estos años es que el acto suicida no es lo más importante de la vida de la persona que se ha suicidado y mucho menos un “borrón” que contamine toda su existencia. Me explico.

Recuerdo que cuando era niño en la escuela de mi pueblecito toledano escribíamos con pluma y tintero. Eran los años de la postguerra española. En alguna ocasión caía un borrón, y D. Fulgencio a la sazón maestro de escuela siempre hacía está reflexión: “lo significativo no es el borrón sino el contenido de la página”. Era una forma de validar nuestro esfuerzo en escribir, y, en definitiva, dar importancia a lo que realmente lo tenía: el contenido y forma del texto.

Hoy se me ocurre pensar que el suicidio es como un borrón en la vida del que se ha suicidado y también en la existencia de sus familiares. En ocasiones el suicidio se puede considerar como que descalifica toda la vida cuando en realidad es un acto (un mal acto, un borrón) que no puede empañar toda la existencia. Por esto, debemos aprender a que un hecho no decida, por trágico que sea, el resto de la existencia. Siempre nos quedará la vida de nuestro ser querido. Los momentos felices pasados con él y evidentemente también las situaciones menos agradables. No nos podemos quedar enganchados a lo trágico del final de la vida del padre, madre, hermano o hijo fallecido. La importancia del pasado es que no se puede cambiar, para bien o para mal. Somos lo que hemos sido. Sin embargo, el futuro está por escribirse y el presente se está escribiendo

            Debemos pues abrir el objetivo de nuestra visión y contemplar no solo el borrón (el suicidio) sino la totalidad de la existencia del familiar muerto por suicidio. De esta manera tendremos una panorámica y podremos disfrutar de los momentos felices que pasamos juntos. Es cierto que estos no volverán, pero también es cierto que nadie, ni siquiera la muerte, nos los puede arrebatar: su sonrisa ante la vida, su esfuerzo por seguir viviendo, el compartir su dolor, y un largo etcétera. El vínculo siempre permanece de otra manera, pero permanece.

 

No podemos quedarnos solo con la visión del borrón, pero tampoco negarlo y contemplar la vida como si nada hubiera ocurrido.  Ambas posturas son incompletas. Siguiendo la reflexión de D. Fulgencio podemos concluir que lo importante no es el borrón (el suicidio) sino la visión completa de toda la vida.